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¿Es esto lo que estoy buscando?

Actualizado: 2 abr




Aunque es de sobras conocido que vivimos en una sociedad que fomenta el narcisismo, la vanidad y la mirada permanente hacia nosotros mismos, poco nos damos cuenta de la profundidad en horizontal y vertical que tiene este hecho. En horizontal porque se nos presenta en todas las dimensiones de nuestra vida: desde la carrera profesional hasta las relaciones familiares; desde lo individual hasta lo social. En vertical porque no solamente se expresa en la imagen que damos a los demás, sino que ejerce una fuerza gravitatoria también cuando buscamos paz interior, cuando nos retiramos del mundanal ruido justamente para dejar de ser tan odiosamente egocéntricos. En el ámbito del autoconocimiento, de la espiritualidad o del trabajo interior, nuestro amor y fidelidad al yo que creemos ser acaba por arrasar con el empuje inicial de liberación para acotarnos de nuevo en una personalidad que se cree sublimada, éticamente mejor, pulida en sus asperezas egoicas*. Quizás dejemos de interesarnos por los placeres del mundo para encontrar regocijo en retiros espirituales, sesiones de yoga, libros de filosofía, mantras o encuentros con la naturaleza.

Pero al final del día podemos reconocer que seguimos sintiendo que somos alguien, alguien distinto, especial, que ahora sí que sí, que soy yo mismo, más relajado, más en forma, con más energía y más amable. Se siente agradable, sí, pero no va de esto.

Esto no es lo que realmente estás buscando, esta no es la llamada a la que sientes que has de acudir. Es, una vez más, un juego de manos, una ilusión reforzada que te mantiene en la ficción de ser alguien.


Lo que ocurre a menudo con el Eneagrama** es un buen ejemplo de ello. El Eneagrama puede ser una herramienta valiosísima para el autoconocimiento, un mapa del autoengaño egoico, una clara descripción del personaje que nos ha tocado jugar y que, al darnos cuenta de que es eso mismo, un personaje, facilita la desidentificación con el mismo y la liberación de la energía interna consciente. Como todo conocimiento liberador, ha sido tradicionalmente reservado para unos pocos verdaderos buscadores, transmitido de maestros a discípulos con cuidado para no ser dañado, corrompido ni malinterpretado. Poco a poco, el Eneagrama, como tantos otros conocimientos y prácticas de autoconocimiento, ha sido divulgado de forma progresivamente mayor y más transversalmente. Mucha gente ha oído hablar del Eneagrama, muchos conocen a un amigo que ha hecho un curso, otro que dice ser un 3 o un 6, u otro que aprende a usarlo en el ámbito de los recursos humanos empresariales. Esta difusión generalizada tiene muchas ventajas, pero también puede acabar a menudo repercutiendo en el uso que hacemos de él. Lo que al principio puede ser una herramienta liberadora, puede convertirse en una nueva jaula de oro, un nuevo espejo donde verse bellamente reflejado.

Lo importante es que entendamos que ante cualquier herramienta de autoconocimiento, la tendencia a querer mantener la autoimagen imaginada, la persona que soy, y que debo defender, atender y alimentar, estará siempre presente.

Es importante comprender que hay una inercia que nos lleva al personaje porque el personaje es la hipnosis, es un hacer compulsivo al que he quedado adicto, y no solamente debido a un trauma, como veremos en otros artículos. Si el juego del Eneagrama me llama, he de saber que no está ahí realmente para ubicarme en un número, en un patrón. No se trata de decir "Es que soy un 7 y un 7 hace esto y aquello". Fundamentalmente, su función, desde una perspectiva no-dual, es que puedas ver la acción a la que estás empujado compulsivamente, para practicar el no-hacer, para detener el automatismo, para no seguir el dictado del patrón caracterial. De lo que ocurre cuando dejas de seguir el patrón, de la experiencia creativa del vacío, hablaremos en otros artículos.


*Referentes al ego. Llamamos al ego, desde estar perspectiva, no a algo que existe como tal, sino más bien la actividad mental que genera la idea de que soy alguien, con un curpo y una mentes particulares. Iremos hablando de él en otros artículos.

**Sistema de tipificación y dinámicas de los diferentes caracteres o estructuras en los que se expresa el ego.

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